Los aceites esenciales pueden obrar maravillas en la salud de nuestros hijos siempre y cuando se seleccionen cuidadosamente y se respeten las dosificaciones indicadas. Los padres que deseen utilizarlos para cuidar la salud de sus hijos deberían hacerlo por vía olfativa y cutánea y, por vía oral siempre que estén bien asesorados por un especialista.
Los aceites esenciales en el crecimiento del niño
Un valor añadido de los aceites esenciales para cuidar la salud de los más pequeños es que actúan en dos planos distintos: en el plano material ligado a los órganos y tejidos del cuerpo, y en el plano de las emociones. Los aromas que inhalamos provocan, incluso sin que seamos conscientes, una sensación que puede ser agradable o desagradable, y que puede modificar nuestro humor e incluso nuestro comportamiento.Pero además pueden tener una acción fisiológica y aliviar un dolor, mejorar la respiración, inducir el sueño o combatir una epidemia. Por lo tanto la ventaja de utilizar aceites esenciales con nuestros hijos es que éstos van a:
- trabajar en el niño de forma integral, en su cuerpo, en su mente y en su ánimo
- respetar el equilibrio vital de su organismo
- prevenir y curar, pero además aplacar y tranquilizar
El plano material y físico
Los niños están en una fase de crecimiento continuo y este proceso implica a todos los sistemas del organismo. Sus experiencias cotidianas y vitales, sus descubrimientos, sus frustraciones, contribuyen a que el niño amplíe su conocimiento del mundo y de sí mismo y defina así su sistema nervioso. Con el paso de los años irá madurando su sistema digestivo y la exposición a gérmenes diversos contribuirá a la evolución de su sistema inmune.
En este proceso los niños son proclives a padecer enfermedades ORL (gripes, resfriados, otitis…) y fatiga, sobre todo cuando empieza el período escolar. Los cambios horarios, el estrés, las actividades extraescolares van haciendo mella en su pequeño organismo.
Los aceites esenciales con capacidad antibiótica como es el caso del eucalyptus radiata, son, en estos casos de gran ayuda no sólo por sus propiedades antivíricas y antibacterianas, que combaten el agente patógeno causante de la enfermedad, sino también para subir las defensas del niño por sus propiedades inmunoestimulantes. Así que una vez pasada la enfermedad (que es inevitable), el niño se sentirá reforzado y con el ánimo más elevado para retomar su actividad cotidiana.
Otro aceite esencial muy potente en períodos gripales es el tomillo (Thymus). El nombre en latín para denominar esta planta es el mismo que se utiliza para referirnos a la glándula timo, responsable de controlar el desarrollo del sistema inmunitario y el crecimiento, y que alcanza su mayor tamaño en la pubertad. Reforzar esta glándula en los niños es como generar una reserva de salud para el futuro del niño. Pero no todos los tomillos son iguales, las condiciones climáticas y de terreno alteran su composición y, así como hay algunos quimiotipos muy bien tolerados por los niños, como es es el caso del tomillo qt Tujanol, otros pueden ser caústicos para la piel.
Esta es una de las razones básicas por las que tenemos que utilizar aceites aceites esenciales 100% puros, 100% naturales, 100% integrales y quimiotipados que nos ofrezcan información visible (en la etiqueta) de las moléculas activas, de la parte destilada de la planta y del origen de ésta. Sólo así podremos tener criterio para elegir el aceite esencial apropiado para el fin que buscamos. Más todavía cuando se trata de los más pequeños de la casa.
El plano psíquico y emocional
Cuando comienzan su actividad escolar, nos encontraremos que parte de sus enfermedades de nuestros hijos tienen su origen en problemas de orden afectivo y emocional. Los niños van ampliando su mundo, nuevas personas forman parte de su experiencia vital y desempeñan un papel cada vez más importante para él, los profesores, los compañeros… Poco a poco el confort de su casa y la presencia de la madre y el padre van cediendo espacio a otros. Cuando un niño se apega a su almohadita o a su mantita para reconfortarse es porque el olor que emana le conecta con su entorno familiar (¡qué drama cuándo pasa por la lavadora y retorna a la cama con olor a suavizante!).Con ayuda de algunos aceites esenciales seleccionados, podemos ‘reconstruir’ este lazo y esta conexión íntima que trasciende el objeto al que se apega. Aceites esenciales como la lavanda, proporcionan tranquilidad y restauran el estado emocional de los niños ayudándoles enormemente cuando tienen que separarse de su madre o de su padre.
Al igual que sucede con el tomillo, no todas las lavandas son iguales: la familia de lavandulas es amplia y no todas tienen las mismas propiedades. La lavanda verdadera o lavandula angusifolia tiene una composición bioquímica compleja y equilibrada que la convierte en una verdadera panacea para nuestra salud. No hay que confundirla con la lavandula aspic o la lavandula stoechas, la cual, por su alto contenido en cetonas, debe utilizarse con precaución y conocimiento.
Los aceites esenciales pueden obrar maravillas, son sencillos, naturales y accesibles. Su acción terapéutica es muy potente y por esta razón constituyen un remedio fabuloso para nuestra salud y crecimiento. Pero, también por sus potentes propiedades, es muy importante saber elegirlos y utilizarlos de forma juiciosa, respetando las dosis indicadas y con todas las precauciones necesarias.
Los talleres que se organizan en YogaTresCantos tienen como finalidad difundir las posibilidades y eficacia de los aceites esenciales, orientar sobre los más adecuados para cada caso, explicar las precauciones y dosificaciones que se deben respetar para disfrutar de los beneficios de estas joyas de la naturaleza.
Nuestro próximo taller será el Viernes 27 de septiembre en YogaTresCantos, de 17h a 19h. Las plazas son limitadas, llama para no perderte este interesante taller (686857300).
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Las terapias educativas y estimulantes son un faro de esperanza para niños con necesidades especiales. Estas intervenciones no solo nutren su desarrollo, sino que también iluminan su camino hacia un futuro brillante.
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