miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Sabes lo que te pones en tu piel?


Tuvimos de nuevo con nosotros a Sandy García de Tutallernatural para recordarnos los pilares sobre los que se asienta la Slow Cosmétique (www.slow-cosmetique.org), movimiento del que es coordinadora para España. En esta ocasión nos comunicó la próxima publicación de la Guía Slow Cosmétique que reúne recetas, recomendaciones e información sobre los fabricantes y empresas galardonadas con la mención Slow Cosmétique para ayudar al consumidor inquieto por su salud y su bienestar (y belleza), a introducir buenos hábitos de compra y a disponer de direcciones útiles y recomendadas donde adquirir sus productos de higiene y cosmética personal. 

Destacamos este mensaje que nos parece fundamental: para saber lo que te pones en la piel acostúmbrate a leer la lista de componentes que aparece en letra pequeña en todos los productos de cosmética (listado INCI). Sólo así sabrás si estos ingredientes son adecuados a tu piel y no conllevan riesgos para tu salud o la de tu familia.

La publicidad y los avances tecnológicos nos han hecho creer que la solución rápida para estar sanos y bellos se encuentra envasada en suntuosos tarros de cremas o en botecitos de pastillas milagrosas. Nos olvidamos que estar sanos y saludables depende fundamentalmente de nuestras decisiones personales, de nuestro estilo de vida, de nuestra alimentación y, también, de nuestra higiene. Es nuestra responsabilidad informarnos (siempre que podamos) de los productos que consumimos. Cada vez exigimos más datos de los alimentos que nos llevamos a la boca, pero no lo hacemos tanto con los productos convencionales de higiene personal y cosmética que representan muchas veces verdaderos cócteles de sustancias tóxicas u otras, aparentemente inocuas, pero cuya combinación incontrolada (e involuntaria) en nuestro propio organismo puede llegar a serlo. Una gran parte de los productos que compartimos en nuestro baño desde el champú, geles, cremas hidratantes, suavizantes, hasta la pasta de dientes o el jabón de manos, incorporan, bajo denominaciones por lo general desconocidas para la mayor parte de los consumidores, todo un listado de sustancias químicas, algunas de las cuales están consideradas tóxicas para el organismo. Por citar algunos, la parafina, los fenoles, el PEG-8 (glicol de polietileno) y la hidroquinona están en la lista de posibles sustancias cancerígenas. Bajo el nombre de aroma o perfume podemos encontrar hasta 4000 ingredientes que no es obligatorio enumerar en el etiquetado y que pueden generar dolores de cabeza, manchas e irritaciones en la piel.

En defensa de su utilización se argumenta que estas sustancias aparecen en cantidades muy pequeñas, pero su uso diario (se estima que una mujer puede utilizar entre 7 y 15 productos cosméticos al día) y la combinación de unas sustancias con otras, provoca que los componentes tóxicos se vayan acumulando en el organismo con grave riesgo para la salud. Algunos, como los Parabenos (utilizados en cosmética), y los
Benzofenonas, canfenos y cinamatos (filtros UV), están considerados como fuentes de disruptores endocrinos, es decir, mimetizan la acción de nuestras hormonas ocupando su lugar y lo hacen a concentraciones infinitesimales. Si te interesa este tema, aquí tienes un documento muy completo donde explican qué son los EDC (exposición a disruptores endocrinos), sus particularidades toxicológicas, sus efectos para la salud y las sustancias y actividades implicadas; además de presentar propuestas de actuación para reducir la exposición a los EDC.

No nos damos cuenta de que, a diferencia de los alimentos que pasan por un proceso complejo de filtrado (por el cual nuestro organismo aprovecha los nutrientes y desecha la parte no aprovechable), los productos que nos ponemos en la piel pueden pasar directamente a la sangre sin ninguna barrera. En cosmética, además, se busca que los ingredientes empleados penetren rápidamente sin dejar rastro en la capa superficial de la piel, por lo que la protección ante las sustancias tóxicas es aún más débil. 

Nuestra mejor opción ante los intereses económicos y políticos creados, es estar informados para adoptar medidas consecuentes con nuestros intereses. Una pasarela para empezar puede ser la plataforma www.ecoestetica.org donde encontrarás la lista de componentes admitidos en cosmética (INCI: Nomenclatura Internacional de los Ingredientes en Cosmética), entre otros documentos de interés sobre la toxicidad de algunos de ellos. 

Lo ideal sería cuidar la piel con productos naturales y eliminar de nuestra rutina diaria el mayor número posible de tóxicos. A veces es más sencillo de lo que parece, como pudimos apreciar en los talleres que Sandy nos ofreció durante el fin de semana durante el que aprendimos a fabricar nuestra crema, pasta de dientes, mascarillas capilares y perfumes. Para nutrir e hidratar nuestra piel tenemos a nuestro alcance aceites vegetales y esenciales apropiados para cada tipo de piel y para tratar problemas específicos (rosáceas, dermatitis, etc.) que nos ayudan de forma eficaz a mejorar la circulación, reducir las arrugas, fortalecer el tejido conectivo, entre otras aplicaciones. Los aceites esenciales penetran las siete capas de la piel y nutren en profundidad las células donde se necesitan sin dejar ningún rastro graso en la superficie (si te atrae la cultura India te recomiendo el libro Ayurveda: Las mejores técnicas para conseguir una belleza verdadera, de la doctora Pratima Raichur). 


Para terminar, te dejo esta receta tan sencilla como eficaz del fundador de la Slow Cosmétique Julien Kaibeck (www.slow-cosmetique.org), para preparar un serum con efecto lifting y con los mismos principios activos que prometen los equivalentes de firmas como L’Oréal, Dior o Chanel (cargados de siliconas y con un precio que oscila entre los 30 y 120 euros), por un coste de unos 10 euros más o menos. El detalle de la receta y los pasos para realizarla los encontrarás en su blog www.lessentieldejulien.com)

- Aceite vegetal de argán 10 ml
- Aceite vegetal de rosa mosqueta 20 ml
- Aceite esencial de jara: 4 gotas
- Aceite esencial de geranio de Egipto: 2 gotas

Mezcla los aceites vegetales en un vaso medidor y luego añade gota a gota los aceites esenciales. Consérvalo en un frasco de cristal, preferiblemente de color ámbar, para protegerlo de la luz. Et voilà!  Recuerda que para garantizar la eficacia del serum y de tus preparaciones, es imprescindible que utilices siempre productos naturales y de calidad certificada.

Consulta nuestra tienda on-line y, si no encuentras lo que buscas, envíanos un correo electrónico a info@yogatrescantos.com.


2 comentarios:

  1. Hola Coque! Gracias por esta entrada tan completa sobre la cosmética natural. Yo cada día que pasa y me informo, estoy más segura de que no quiero tocar un cosmético comercial, o si lo toco será leyendo las etiquetas! Me ha gustado mucho la guía de Ecoestética, gracias por compartirlo.

    Un beso,

    Laura

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  2. Usar productos de calidad y naturales es esencial para el cuidado de la piel. Estos productos brindan resultados efectivos sin comprometer la salud de nuestra piel ni el medio ambiente.

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