Definitivamente hemos dicho adiós al verano y ya nos vamos
acostumbrando a esos días más cortos, ese fresquito mañanero y las primeras
lluvias que han llegado con ganas. Dejamos ya atrás los meses más calurosos y,
aunque a veces agobiantes, son también los más expansivos y alegres. Muchos
empezamos a notar cierta melancolía y tristeza, y vemos como esos brotes de
buenas intenciones y firmes propósitos se van desvaneciendo a medida que nos
adentramos en esta nueva estación. Como las temperaturas y las hojas de otoño,
hay quienes “caen” presas de los primeros síntomas de gripes, resfriados,
alergias...
¿Qué nos pasa? Posiblemente nos resistimos a abandonar
nuestros ritmos estivales y no nos adaptamos a la nueva energía que nos trae el
otoño que es más concentrada, más recogida, más Tierra. Según la antigua
filosofía y medicina tradicional chinas (MTC), la Naturaleza nos ofrece este
momento de transición para comenzar a calentar el cuerpo de cara a los días más
fríos y húmedos. Es el momento de reemplazar los alimentos fríos como
ensaladas, verduras crudas, frutas y bebidas frías por platos más consistentes,
templados y nutritivos (sopas, estofados, guisos…). Trata de sintonizarte con
la energía de este período otoñal con verduras del color del otoño como
calabazas, boniatos y castañas, así como con coles, coliflor, brécol,
remolacha, cebolla o coles de Bruselas, además de legumbres y cereales
integrales como el mijo, el arroz, la avena o la quinoa.
Si mantenemos los mismos hábitos que en verano, es muy
probable que el frío interno se sume al frío ambiental y derive en resfriados,
diarreas, cansancio, insomnio… que son respuestas del organismo para eliminar
ese exceso de ‘frío’.
Lo que debes tener a
mano en tu botiquín esencial:
Desde el punto de vista físico, las partes del cuerpo que la
MTC relaciona con el otoño son el sistema
digestivo y los pulmones. Un
desequilibrio en nuestra salud nos puede ocasionar por tanto, resfriados,
sinusitis, catarros; problemas respiratorios como alergias y problemas causados
por desarreglos digestivos como diarreas o estreñimiento, y problemas de piel
(eczemas, soriasis...).
Para prevenir (¡sí, los aceites esenciales también son
geniales para evitar malestares!) o para combatir algunos de estos síntomas,
conviene que tengas a mano algunos de los siguientes aceites:
Eucalyptus radiata: como ya comentaba en una entrada anterior
este aceite se tolera muy bien (incluso en niños) y es un buen aliado para
prevenir contagios y reforzar las defensas. Por sus propiedades
antiinfecciosas, antivíricas y antibacterianas, te ayudará en caso de gripes,
enfermedades virales, toses, sinusitis. Puedes aplicarlo en masaje sobre el
tórax, a ambos lados de la columna y en el arco de los pies. También es apto
para difusión. También es bueno para renovar energías.
Ravintsara [cinnamomum camphora qt cineol]: ¡Me encanta! y es indispensable para
pasar el invierno. Como el Eucalipto
radiata es muy eficaz en caso de gripes e infecciones víricas. También
mejora el organismo cuando pasamos por períodos de cansancio y nos ayuda a
conciliar el sueño. Tiene un olor muy fresquito y notarás enseguida que te
levanta el ánimo.
Estragón [Artemisia dracunculus]: apropiado para
problemas digestivos, colitis, flatulencias (2 o 3 gotas después de cada comida
mezcladas con aceite de oliva, miel o azúcar de caña bajo la lengua). Mezcla 5
gotas de AE con 5 gotas de aceite vegetal (almendra, p.ej.) para masajear zonas
doloridas por calambres musculares o contracturas. También para aliviar toses
espásticas y asmas alérgicas.
Albahaca [Ocimum basilicum]: tiene un aroma
fuerte y especiado, tonificante para el cuerpo y el alma. Cuando se utiliza en
la piel puede ayudar a refrescar la mente y la agudeza mental. Cuando se
utiliza en masajes, puede relajar los músculos doloridos.
… y para nuestros
cambios de humor
Las estaciones también se asocian con diferentes emociones.
El otoño es la época de ‘soltar’ lo que ya no nos sirve, lo que nos duele y
hace daño para dejar espacio a cosas nuevas. Las situaciones sin resolver
(muchas veces en lo que concierne nuestra relación y comunicación con los
demás) ponen a prueba en estos momentos a los principales órganos encargados de
'digerir' nuestras emociones: para liberar y soltar, antes hay que digerir y
asimilar (sistema digestivo); sólo así seremos capaces de 'soltar’ (a través de
nuestros pulmones) esas situaciones que nos bloquean (y enferman).
Estos aceites
esenciales te resultarán de gran ayuda:
Menta [Mentha x piperita]: es un tónico y un estimulante general para náuseas,
indigestiones, flatulencias; combate la astenia física y mental y es muy eficaz
en caso de rinitis, sinusitis, laringitis y halitosis. Puedes ingerirlo
mezclado con miel o aceite de oliva y aplicarlo en zonas afectadas con un
masaje.
Eucalyptus radiata
(ver arriba)
Limón [Citrus lemon]: revitalizante y
tonificante, es también un poderoso antioxidante. Muy refrescante mezclado con
agua y bueno para la piel.
Bergamota [Citrus bergamia]: tiene un aroma ligero
y cítrico con un gran efecto relajante, que además ayuda a elevar la confianza
y el estado de ánimo (3/4 gotas en el arco plantar, interior de las muñecas,
plexo solar y a ambos lados de la columna). Se utiliza también en caso de
problemas de piel como acné, soriasis, eczema… Muy bueno para ayudar a los
niños a dormir.
Habitualmente utilizo aceites quimiotipados de los
laboratorios Pranarom. La noción de quimiotipo permite conocer la molécula
más activa en los aceites esenciales lo que es fundamental para conocer la
acción terapéutica de cada uno de ellos. Garantizan una calidad óptima y proporcionan
una información de uso objetiva, competente y científica por lo que me dan
mucha seguridad para utilizarlos con finalidades terapéuticas (puedes adquirirlos en la tienda online a través de mi página).
Y para cualquier consulta escríbeme a coque@yogatrescantos.com.